La nueva fase eruptiva del volcán de Fuego, que en junio pasado dejó 190 muertos, disminuyó a su parámetro normal aunque sigue registrando explosiones y expulsión de ceniza y lava, informó este viernes la entidad a cargo de la protección civil.
"El volcán de Fuego mantiene una actividad débil, registrando entre 7 a 13 explosiones débiles y moderadas", dijo a periodistas David de León, vocero de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).
El volcán de Fuego, de 3.763 metros de altura y ubicado 35 km al suroeste de Ciudad de Guatemala, inició su cuarta fase eruptiva del año el pasado martes, pero este viernes volvió a sus parámetros normales.
No obstante, el coloso mantiene pulsos incandescentes que alcanzan hasta 200 metros sobre el cráter, un flujo de lava con longitud de 700 metros y una columna de ceniza que llega hasta a 4.600 metros de altura sobre el nivel del mar, detalló De León.
El pasado 3 de junio, el volcán registró una potente erupción que provocó una avalancha de material ardiente que arrasó la comunidad San Miguel Los Lotes y dejó 190 muertos y 238 desaparecidos.
Unas 3.370 personas de la comunidad devastada y aldeas cercanas permanecen en albergues temporales a la espera de que el gobierno concluya un proyecto de viviendas para los damnificados por esa erupción.
Las autoridades de protección civil también mantienen monitoreados a los otros dos volcanes activos del país, el Pacaya, 20 km al sur de la capital, y el Santiaguito, 117 km al oeste, que han aumentado su actividad sin entrar en una fase eruptiva.